Mostrando entradas con la etiqueta Valdivia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Valdivia. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de julio de 2015

CAMBIOS CLIMÁTICOS DESDE COQUIMBO A VALDIVIA


Zona Centro 30° a 42°


Sabemos que en el último Máximo Glacial el límite de las nieves eternas se ubicó muy por debajo del límite actual, pudiendo situarse dicha línea para los Andes Centrales de Chile alrededor de la cota 1.000 msnm. Según esta descripción, solo las zonas de Chile central marcadas en verde y amarillo en el mapa topográfico de Chile habrían quedado descubiertas de hielo. En la zona norte habría quedado descubierta de hielo la franja roja cercana y paralela a la costa.

Mapa Topográfico de Chile
De acuerdo con Mardonez et al (2005), durante la última glaciación y hasta una edad aproximada de 14.600 años a.p., al norte de los 42ºS, en todo Chile Central, la Cordillera de los Andes estaba invadida por glaciares de circo, de valle y de piedemonte, los que llegaban hasta los pies de la Cordillera de la Costa.


Los mismos autores indican que al sur de los 25° S, un registro de polen preservado en paleomadrigueras de Quebrada del Chaco (25° 30’ S) indica que la principal fase pluvial fue más temprana, entre 25.000 y 15.000 años a.p., y de lluvias invernales (vientos del oeste). La fase entre 13.800 y 9.500 años a.p. está presente, pero sólo a mayor altura (3.500 msnm).


En 1956 Schmithüsen sostuvo que los bosques subtropicales actuales de Chile (relictos de neblina, Bosque Esclerófilo y Bosque Valdiviano) tuvieron un origen común a partir de las floras neotropicales terciarias (Villagrán e Hinojosa. 2005). De acuerdo con estos mismos autores las relaciones Valdivianas generalizadas que exhibe la flora relictual del norte de Chile, sugieren su pertenencia a una comunidad antigua y con amplio rango geografico en el litoral de Chile, probablemente descendiente de los linajes terciarios que ocuparon el subtrópico de Sudamérica durante el Neógeno. Sin embargo, la fragmentación y restricción actual de la comunidad a las cimas de los cerros costeros sería una consecuencia de la desertización de los subtrópicos en el Plio-Pleistoceno, especialmente durante los repetidos interglaciales cálido - secos del Cuaternario.


Los bosques deciduos de roble (Nothofagus obliqua) y la vegetación altoandina, actualmente aislados en las cimas de la Cordillera de la Costa de la región central, serían el resultado del ascenso altitudinal postglacial de estas formaciones, las cuales habrían estado en el Valle Longitudinal durante las edades glaciales. Así lo sugiere el único registro polínico glacial publicado por Heusser en 1990, tomado de Laguna de Tagua Tagua (34° 30’S). Este registro documenta una vegetación dominada por Nothofagus y Coníferas, entre 43.000 y 10.000 años a.p., en contraste con la vegetación más árida y dominada por herbáceas que caracteriza al Holoceno de Chile Central (Villagrán e Hinojosa. 2005).
Fuente: Armesto et al. 1994
Según lo señalado por Armesto et al. (1994) durante la glaciación, los bosques templados se restringieron a laderas protegidas de la Cordillera de la Costa, especialmente entre los 37° y los 40° Sur. Esta área correspondería a la región donde hoy se encuentra la mayor diversidad de tipos de bosques.

Según los mismos autores, el área de refugio más importante se encuentra en la Cordillera de Nahuelbuta y sectores costeros, entre los 37°- 39°S. La distribución actual de especies y géneros endémicos da cuenta de las áreas donde el bosque sobrevivió las eras glaciales. (ver gráfico a la derecha)


Al finalizar la última glaciación, hace unos 10.000 a 12.000 años a.p., el bosque templado se expandió progresivamente a partir de los refugios glaciales hasta ocupar los rangos distribucionales actuales. La dirección de esta dinámica de expansión de los bosques fue desde Chile centro-sur hasta la Tierra del Fuego, y desde la costa a la Cordillera de Los Andes. Este proceso de expansión ha sido especialmente activo en los últimos 2.000 a 3.000 años. (Armesto et al, 1994).


Entre los registros mejor conocidos en Chile central se encuentra el estudio paleopalinológico de Tagua Tagua (34° 30’S). Este es uno de los pocos registros paleoecológicos continentales en Chile que abarca más de 50.000 años de manera continua. Destaca la presencia de polen de Nothofagus tipo dombeyi y N. tipo oblicua entre 50.000 y 35.000 años a.p. y 28.000 y 11.500 años a.p. Esto sugiere condiciones considerablemente más frías y húmedas que las actuales, contrastando con los lapsos entre 35.000 y 28.000 años a.p. y los últimos 10.500 años, en los cuales disminuyen los taxa arbóreos, siendo reemplazados por quenopodiáceas y gramíneas (CONAMA. 2005)


De acuerdo con lo señalado por CONAMA (2005), en base a los trabajos de varios autores, es posible distinguir fluctuaciones climáticas para el sector de laguna de Aculeo, a saber:
  1. Una fase de aridez severa (con ausencia de polen y presencia de evaporitas) ha sido documentada entre más de 7.500 y 5.700 años a.p.
  2. Un aumento paulatino de la humedad ocurrió a partir de los 5.700 años a.p., con aparición de taxa arbóreos y acuáticos.
  3. El registro indica que el clima mediterráneo actual fue establecido en torno a los 3.200 años a.p., momento en el cual el lago llega a su nivel actual. Sin embargo, este período además está caracterizado por fluctuaciones fuertes y persistentes tanto en la sedimentología como en el influjo (la tasa de acumulación) de polen atribuidos a grandes eventos de El Niño.



CAMBIOS CLIMÁTICOS DESDE VALDIVIA AL SUR


Zona Austral 42° a 56°

Durante la última glaciación y hasta una edad aproximada de 14.600 años a.p., entre los 42ºS y el extremo sur, extensos campos de hielo cubrían la mayor parte del relieve andino. La deglaciación de la Cordillera Andina Austral se habría iniciado aproximadamente a los 13.500 años a.p. (Mardonez. 2011; Armesto et al, 1994). De acuerdo con los antecedentes provistos por Alley (2000) y Groen (2008), este retroceso de los hielos no fue uniforme ni constante. Efectivamente, un estudio realizado por Mardones et al (2011) en los glaciares de la cuenca del río Blanco (Región de Aisén, Chile), concluyó que estos sufrieron reavances y retrocesos durante el Holoceno. Para el lago Elizalde se constató dos pulsaciones glaciares datadas en una edad entre 10.700 años a.p. a 10.480 años a.p.

Para esta zona del país, Villagrán e Hinojosa. (2005) identifican varias etapas desde el último Máximo Glacial, a saber:

Entre 29.400 y 14.450 años a.p.: De acuerdo a los antecedentes glaciológicos del último ciclo, las Regiones Aisén y Magallanes, Chiloé continental, NE y sur de la Isla Grande y las islas aledañas y los Andes de Chile central-sur fueron devastados por glaciares durante el período tardío de la última glaciación, denominada Llanquihue (GLL), De estos antecedentes se desprende que alrededor de dos tercios de la actual superficie de bosques del sur de Sudamérica fue devastada por glaciares, los cuales afectaron directamente la distribución de los bosques templado-lluviosos al sur de 43° S, como asimismo la de los bosques andinos de la Región de Los Lagos y la vegetación altoandina de Chile central -sur.

Entre 14.000 a 8.300 años a.p.: Numerosos registros polínicos de la costa oriental de Chiloé, documentan la rápida colonización y expansión del Bosque Nordpatagónico con dosel cerrado de Nothofagus, Coníferas y Mirtáceas, siguiendo el colapso de los glaciares piedemontes, Durante este mismo lapso se registra el inicio de la colonización de la vegetación en las áreas glaciadas del sur de la Isla Grande. Sincrónicamente, se observa el ascenso altitudinal de las tundras, documentado en el registro Pichihué de las cimas de la Cordillera de Piuchué, y su expansión hacia los Andes, documentado en los registros Chaitén y Cuesta Moraga de Chiloé Continental.

Entre 8.300 y 5.800 años a.p.: La presencia de Tineo ( Weinmannia trichosperma Cav.) en el bosque Nordpatagónico es un indicio de un clima más cálido presente a inicios del Holoceno. La presencia de ulmo (Eucryphia cordifolia Cav.) en este tipo de bosque. es también un indicador de mejores condiciones climáticas. Durante el Holoceno medio y tardío, se instauran gradualmente las condiciones modernas, algo más frías y lluviosas que en el lapso anterior, a juzgar por la mezcla de elementos valdivianos y nordpatagónicos que muestran los registros (Villagrán e Hinojosa. 2005).

De acuerdo con CONAMA (2005), diversos estudios de registros polínicos para la X Región, realizados por Moreno (1997, 2000, 2004) y Moreno et al. (2001), han determinado que entre 24.000 y 17.700 años a.p. existían condiciones glaciales extremas en esa región. En torno a los 17.700 años a.p. comenzó la deglaciación, con la llegada del bosque norpatagónico. Luego, la llegada de taxa resistentes a condiciones más húmedas y frías ocurrió en torno a los 15.000 y 13.500 años a.p..

El período más cálido y seco fue marcado por una abrupta expansión de taxa valdivianos en la zona, en particular Eucryphia/Caldcluvia seguido por un clima más húmedo y frío entre los 7.500 y 5.500 años a.p. y el establecimiento del mosaico actual de bosque mixto norpatagónico/ valdiviano a partir de los 5.000 años a.p. En la XI Región la vegetación muestra cambios mucho menos pronunciados. La llegada del bosque se produjo en torno a los 17.500 años a.p. seguido por cambios mucho menores en cuanto a cobertura y dinámica de recambios (CONAMA. 2005)

Los estudios efectuados en el sitio arqueológico Monte Verde, X Región, han demostrado que entre 14.220 a 13.980 años a.p., existían comunidades que habitaban en esa zona, fecha anterior a la determinadas por las teorías aceptadas respecto del poblamiento de América. (Dillahey et al. 1998; Dillehay. 2008).